
HISTORIA
La RCC surgió en 1967 cuando algunos estudiantes de la Universidad de Duquesne (Pittsburgh, Pennsylvania – EE. UU.) participaron en un retiro durante el cual experimentaron la efusión del Espíritu Santo y la manifestación de algunos dones carismáticos. Desde entonces, la RCC se ha difundido rápidamente por todo el mundo.
Actualmente más de 100 millones de católicos participan de la espiritualidad de la RCC en 200 países. Tiene un Consejo Internacional (ICCRS – International Catholic Charismatic Renewal Services) reconocido por el Consejo Pontificio para los Laicos.
Hay una manera –que llamamos «carismática»– que consiste en que «el Espíritu Santo dispensa dones particulares» no para el «progreso espiritual» o como «premio de santidad» para quien los recibe, sino para «edificar la comunidad», afirmó.
El predicador del Papa expresó que «estos dos modos de actuar del Espíritu Santo que hemos visto en toda la Biblia y en el día de Pentecostés, en nuestro tiempo se han manifestado de modo espectacular en la Renovación Carismática».
De este modo –añadió–, la Renovación Carismática ha hecho «emerger de nuevo en la Iglesia los carismas pentecostales que se habían perdido» y ha sido casi «la respuesta de Dios a la oración de Juan XXIII por un nuevo Pentecostés», elevada por el pontífice al inicio del Concilio Vaticano II.
OBJETIVOS
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Fomentar la conversión madura y constante a Jesucristo,nuestro Señor y Salvador.
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Fomentar una receptividad personal decisiva a la persona, presencia y poder del Espíritu Santo.
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Fomentar la recepción y utilización de los dones espirituales, no solo en la R.C.C, sino también en la Iglesia en toda su extensión.
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Fomentar la obra de evangelización en el poder del Espíritu Santo, incluyendo la evangelización de los no bautizados, la reevangelización de los cristianos nominales, la evangelización de la cultura y las estructuras sociales.
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Fomentar el crecimiento constante en santidad a través de la integración adecuada de estos énfasis carismáticos en la vida plena de la Iglesia.

